Autor: Pablo Toré
El sistema capitalista está
atrapado. En años recientes los negocios se han visto cada vez más como una
mayor causa de problemas sociales, medioambientales y económicos. Se percibe
que las empresas prosperan a expensas de una comunidad más amplia.
Peor aún, mientras más se
asemejan a la RSC las empresas, más se les culpa por los fallos sociales. La
legitimidad de los negocios ha caído a los niveles más bajos que jamás se han
visto. Esta bajada en la confianza en los negocios hace que los líderes
políticos establezcan normas que quebrantan la competitividad y frenaban el
crecimiento económico. La economía está atrapada en un círculo vicioso.
Una gran parte del problema se
encuentra en las compañías en sí, que siguen atrapadas con un planteamiento
atrasado en cuanto a la creación de valor que se ha surgido en las últimas
décadas. Continúan viendo la creación de valor de forma equivoca, optimizando el rendimiento a corto
plazo e ignorando las necesidades más importantes del cliente y las influencias
que determinan el logro a largo plazo. ¿Cómo si no iban las empresas a ignorar
el bienestar de sus clientes, la destrucción de los recursos naturales tan
vitales para sus negocios, la viabilidad de los proveedores, etc.? ¿Cómo si no
iban a pensar las empresas que simplemente cambiando las localizaciones con
menores rentas era una “solución” a los retos competitivos? El gobierno y la sociedad civil han empeorado
el problema al intentar solucionarlo a expensas de las empresas. Las presuntas
prestaciones entre la eficiencia económica y el progreso social se han
institucionalizado en décadas de decisiones políticas.
Las empresas deben tomar el mando
e unir a los negocios y la sociedad una vez más. Mientras que la mayoría de las
compañías se mantienen atrapadas en una mentalidad de “responsabilidad social”
en la que los problemas socio-políticos son la periferia, no el núcleo.
La solución es el principio de
VALOR COMPARTIDO, crear valor económico de tal forma que también se cree valor
para la sociedad, solucionando sus necesidades y retos. El valor compartido no
se trata de RSC, filantropía o ni siquiera sostenibilidad, si no que se trata
de una nueva forma de conseguir éxito económico. Creemos que puede llegar a ser
la próxima transformación de pensamiento empresarial. Muchas empresas son las
que ya lo están practicando: GE, Google, IBM, Intel, Johnson & Johnson,
Nestlé, Unilever, Wal-Mart…
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